La carreta sin bueyes
Ésta es una de las leyendas que
en este pueblo han venido contándose desde hace ya muchos años, y que se dice que
sucede todavía durante algunas noches de
mucha oscuridad. El relato data de la época en que Cerritos no tenía todavía
alumbrado público.
Durante las horas de la noche,
cuando más negra es la oscuridad, va por la calle de Lerdo de Tejada, pasando
por un costado de la plaza principal, una carreta sin bueyes; el rechinido de
las ruedas con el empedrado, hace que quien la escucha sienta de pronto un
escalofrío en todo su cuerpo. Esta carreta sale, dicen, desde el cerro de Las
Peñas, y baja hasta el jardín principal, sigue luego por la calle de Ocampo,
para subir a continuación al Cerro de la Cruz.
Hay quienes se han arriesgado a
señalar que la carreta lleva un pasajero; un hombre vestido de negro cuyo
sombrero de anchas alas, no permite ver su rostro, el que además casi cubre por
completo con un paliacate.
Otra versión cuenta, que
efectivamente la carreta lleva un pasajero pero en féretro, que es un difunto y
que el recorrido, si bien sale del cerro de las Peñas, en la esquina del jardín
principal, entre Ocampo y Juárez, toma esta última calle, pasando por la
gasolinera y encaminándose sobre la calle de Manuel José Othón, hasta llegar al
Panteón municipal, donde se supone deja su misteriosa carga.
Quienes aseguran haber visto la
carreta y a su pasajero, o el féretro, prefieren no contarlo a desconocidos por
temor a ser juzgados. Sin embargo, en este pueblo mucho se ha hablado, durante
años, de "la carreta sin bueyes”. Verdad o no, es un relato popular que
recogemos y del que aquí dejamos constancia.
Leyenda extraida del libro "Cerritos en mi recuerdo" elaborado por el Lic. José Alfredo Villegas Galván
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